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sábado, 13 de agosto de 2011

Víctimas del consumismo


Eso es lo que pienso de los incidentes de Inglaterra de estos días.
La falta de principios y la mala educación en valores, la mala integración de las diferencias de raza, status o cultura.

Todo es consecuencia de una profunda crisis que tiene sus ondas raíces en la crisis de un sistema producto de un capitalismo salvaje y un consumismo desmedido.

Es el fracaso de una forma de abordar la vida en todas sus manifestaciones, el fracaso de haber olvidado la esencia del hombre y sus valores.

Y de fondo la crisis de un sistema económico que parece un castllo de naipes en franca descomposición. 

El otro día escuche que han prohibido jugar en bolsa sin dinero. Ese es la especulación que hace de imponer un orden egoísta que se aprovecha del caos. Pensé que como no se ha dicho antes, que como no se ha prohibido antes. Eso es jugar como se juega en el casino. 

Hemos perdido el oremus. Estamos usando la tecnología en un arma que permite hacer víctimas del juego especulador, del juego del consumismo y carecemos de un orden político que ponga frenos a todo ese horror. Un horror que se cobra víctimas. Víctimas de especulación, víctimas del desempleo, víctimas de la locura y la barbarie, víctimas de abuso, de drogas, de la basura que esta sociedad no es capaz de desechar.

Y un día tras otro vemos como tomamos medidas en el corto cuando el mal ya se ha producido. Estamos ante un descontrol que genera incertidumbres. Donde muchos pierden y pocos ganan.

Hemos perdido los principios y urge recuperarlos. Principios que están en la base del sentido común, de la moderación y la prudencia. Que se alejan de la sabiduría y la inteligencia.

Recuperemos la esencia del hombre, su humanidad. Dejemos de crear víctimas de eso que es el mal de nuestros días: el consumismo.

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