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jueves, 30 de diciembre de 2010

AJO Y PIMENTÓN

Simple pero real. Algo con lo que todo cambia. Lo insípido y lo pobre se convierte en sabroso. El recurso de los pobres para dar lo que no tienen a su vida cotidiana.
Cuando pienso en estos dos ingredientes, rememoro un olor a frío, pobreza, escasez, dureza de piel y posiblemente de alma. Gente seca y ahumada por el sacrificio. Gente resignada a lo poco. Poco placer, poco calor, poco amor, poco respeto, poca inquietud, poca pasión y mucha resignación. Poco espíritu de lucha.
Conservar la nada, mantener el rol y como mucho aspirar a que tus descendientes se liberen del ajo y pimentón. Pero un error un triste y lamentado o lamentable error.
Lo que vives, lo que mamas, permanece en el fondo de tu ser. Es decir, por mucho que quieras olvidar el ajo y el pimentón, eliminas su percepción externa pero en el fondo ese olor interior forma parte de ti, de tu raíz, de tu vida, de tu esencia más intima. Ese olor es lo que quieres aunque no te guste, aunque te quieras alejar. Ese olor es tu niñez escasa, sacrificada, es desgarro de alejarte del calor, la ternura, de romperte, de endurecerte de otro modo, de prepararte para alejarte de lo tuyo para conquistar lo de otros. Lo que otros soñaron a través de ti, lo que otros que se secaron, esperan recuperar en tu falta de olor y sabor.
Y de repente, te ves y descubres que no tienes olor que cometiste un error peor que el de ellos, que renunciaron a todo para que olvidaras ese olor. Y te das cuenta que estas vacío, te das cuentas de las cicatrices que olvidaste mientras te desprendías del olor, te sientes con dureza de piel y de alma y te preguntas ¿para qué?
Tu cumpliste tu misión, ya no hueles, pero ¿quien la cumplirá por ti?. Tu mismo, recuperando ese sabor y olor. Descubriendo que quizá puedes trasformar tu vida en algo sentido, apreciado, asumido, querido, y sobre todo aceptado.
Lo más importante, es darse cuenta del propio poder de transformación de cómo lo escaso puede ser lo justo, lo insípido sabroso, lo simple lo que llena, el sacrificio la fuente de formación de tu valor, sentirte lleno con la nada, eso finalmente es la libertad, la felicidad, la independencia de tu sentimiento y el altruismo del hacer por que quieres y crees. Tu , tu propio señor, tu, tu juez, tu, tu mejor amigo.

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