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martes, 6 de septiembre de 2011

Regreso al pasado

Este mes de septiembre muchos niños empiezan su curso escolar y no hay nada mas paradigmático del futuro que los niños y niñas de un pais.

Pero no solo comienzan el curso los mas pequeños también lo hacen muchos adultos, entre ellos de forma especial los que se ocupan de la docencia: los profesores y los padres. Este binomio son los responsables del sistema formativo de la persona.

Y los que somos docentes profesores también nos formamos para hacer bien dicha misión. Por ello algunas instituciones al inicio del curso reúnen a sus claustros en jornadas formativas. Y de la que asistí ayer, me quede con una frase muy paradogica: EL PRESENTE ES HIJO DEL FUTURO.

Al terminar la sesion formativa todos y todas entendimos que lo que visualizamos es lo que condiciona lo que hacemos. Por ello el presente es el hijo del futuro.

En esa misma jornada también se hablo de la importancia que tiene la formación de las persona en valores éticos consistentes. Y es ahí donde mi propuesta es Regresar al pasado.

Un pasado donde la disciplina, la exigencia, el respeto, la austeridad, la generosidad, o la responsabilidad eran pilares para crear personas competentes con espíritu de superación y capacidad de provocación inteligente. Esos valores con los que los que hoy tenemos 50 fuimos educados.

Los tiempos que vivimos y hacia donde nos dirigimos quizá se parezcan mas a los tiempos de estrecheces económicas de nuestros padres. Aquellos tiempos donde valorábamos las cosas, donde reciclábamos y heredábamos ropa y libros. Donde un helado era un festín y donde la creatividad era fuente de juegos compartidos con la familia, donde padres e hijos hacíamos deberes. Donde el hermano mayor enseñaba a los menores. Donde la responsabilidad de tus actos te hacia sentir la importancia de tu papel en lo que te sucedía.

Leer y aprender eran afanes y se identificaba en ellos el camino a la realización que confiere el saber y la capacidad de resolver lo que la vida te traiga.

Un pasado donde los abuelos eran venerados, queridos y cuidados. Donde los nietos daban de ellos ademas de recibir. Donde se les escuchaba como fuente de sabiduría y experiencia de la vida. Eran transmisores de tradiciones y costumbres que preservaban lo nuestro, nuestra cultura, nuestras raíces. Ellos nos enseñaban de donde veníamos y eso nos ayudaba a saber a donde queríamos ir.

Si valioso es el presente y necesario el futuro, no podemos olvidar el pasado como fuente de conocimiento que nos permite no repetir los errores y aprender del conocimiento por otros adquirido. Conocimiento que en lo profundo es saber abordar la vida de forma que nos permita realizarnos como personas integras. Orgullosas de lo que nos precedio y con humildad para mejorar lo que no se hizo bien.

A veces para viajar al futuro es necesario regresar un poco al pasado.

1 comentario:

  1. ¡Qué razón tienes, Carlota! Educación y valores, si tomamos conciencia y enseñamos bien a las nuevas generaciones podemos crear un futuro mejor.
    Un abrazo

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