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martes, 13 de septiembre de 2011

Poca vergüenza



Eso es lo que hoy nos invade. Poca vergüenza, es lo que creo que manifiestan muchas personas en los medios de comunicación. Pero lamentablemente no sólo en los programas basura donde se comercia, y digo se comercia, con la desvergüenza.

Desvergüenza que poseen aquellos que exponen en público sus miserias para ganar dinero. Pero desvergüenza también es la de aquellos que lo ven, simplemente porque con ello los consagran como estrellas mediáticas. Así nos convertimos en los cómplices de aquellos que los utilizan para ganar mucho dinero con ellos.

Para los que no lo sepan, si nadie viera estos programas, los quitarían de la programación. Dicen que tenemos los políticos que nos merecemos, pero también tenemos los programas que nos merecemos. Programas que ensalzan valores pervertidos. Esos valores que nos han conducido a la sociedad que hoy no satisface a nadie y va camino de hacerlo cada vez menos. Porque adormecen inteligencias y transforman personas en ovejas mansas incapaces de pensar.

Y hablando de políticos, es patético ver cómo personas inteligentes hacen declaraciones absurdas que no son más que parches y cataplasmas, que nada hacen por poner los cimientos de una recuperación económica y de valores.

Yo personalmente me siento insultada y menospreciada en mi limitada inteligencia que, por supuesto nunca estará a su nivel. Como ejemplo, pretender que trasvasar dinero con el incremento de impuestos o la recuperación del de patrimonio, es la solución fundamental en lugar de una sintomática que hará más grave el problema en su resolución. ¿Qué piensan solucionar con ello? Ya se lo digo, pan para hoy y hambre para mañana. En lugar de crear empleo, creamos bolsitas para subsidios. Ojalá pudiésemos pagar muchos impuestos de sociedades las empresas, eso significaría que tenemos beneficio.

Hoy, escuchando a Cayo Lara me parecía escuchar demagogia barata, no necesitamos lloriquear al estado, no necesitamos subsidios, QUEREMOS TRABAJAR, QUEREMOS GANARNOS LA VIDA honradamente. No más soluciones del pasado. ¿Hasta cuándo señor? ¿Hasta cuándo? Aún no se han enterado de que el mundo ha cambiado, que estamos ante otro modelo. Ellos parece que no se han enterado.

Y lo que más me ofende además, es que gasten mi dinero en hacer campañas para reconocer la experiencia firmadas por el gobierno de la nación que habla de austeridad. ¿Será que no se han enterado de que hay cientos de miles de jóvenes con licenciaturas y masters en el paro? ¿Será por papeles? Pues ahora tendremos más papeles, los que certifican la experiencia. Porque trabajo lo que se dice trabajo, eso ya es otro cantar. Para eso hay que hacer otras cosas.

Aún no se han dado cuenta de quién genera empleo. ¿No saben que muchos autónomos y microempresas son las que generan la riqueza sostenible? Pues me gustaría decírselo. Ahora bien, a esos que les den..... Paciencia. Mucha paciencia para soportar gente que pasa de ellos, que les pone dificultades y sobre todo que los desaniman para creer y crear riqueza porque ni están ni se les espera.

Es vergonzoso el espectáculo que estamos viendo en los últimos años. Pero eso si, penoso sólo para la gente con vergüenza. Y yo cada vez me digo, que ese es el problema, que vivimos rodeados de muy poca vergüenza. ¿Hasta cuándo y hasta qué esperamos para hacer algo? para decir y hacer, para dejar de ser cómplices de todo ello.

¿Sabían que me decían esta mañana? Que un 10% de los residentes de una gran población cercana a Valencia iba a recibir comida de la beneficencia.

2 comentarios:

  1. Leer tu comentario, hace que aún tengamos confianza, porque no estamos solas pensando lo mismo.
    Poca verguenza, falta de humanidad, afán por conseguir éxito al precio que sea , esto era hasta hace bien poco lo que hacía a alguien importante.
    Dicen que las crisis aportan algo, ¿ojala aporten sentido común y responsabilidad y asi , seguro que algo mejoraremos.

    Gracias por tu reflexión

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  2. A mi juicio, todo es consecuencia de un sistema eonómico y social injusto, es eso lo que tenemos que cambiar y el primer paso es protestar, no entrar en su juego, buscar sus puntos débiles y hacerles la vida imposible. Un punto débil está relacionado con el consumo, por ejemplo, no consumir nada que no se venda en una pequeña tienda regentada por una persona que, a ser posible, traiga los productos de la huerta cercana, no consumir alimentos que no sean de temporada, a ser posible comprar en las tiendas de Comercio Justo, etcétera. Hay que pensar lo que se compra y cuanto se compra. Es nuestra responsabilidad.
    No debo extenderme más.
    Me ha agradado mucho leer tu artículo. Un saludo

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