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domingo, 2 de septiembre de 2012

Apocalipsis interior o la plaga del XXI


Esa es la frase con que define un blog de cine, en un titular, Melancolía y me pareció un excelente.

Y creo que yo hubiese dicho: Melancolía, la plaga de una época para la caída de un imperio.

Resulta curioso o sincrónico que viese esta película la noche de agosto de luna azul en un cine de verano. Así, pude ver la luna azul y el planeta azul en la misma noche y simultáneamente, solo con cambiar la dirección de mis ojos y todo estaba ahí.

El director danés es una de mis debilidades. Y cuando se estreno la película sentí un intenso deseo de verla. Pero finalmente vi “el árbol de la vida” de Malick. Esa película que mucha gente dejo a mitad de ver y se salía del cine. Sentí entonces que la de Von Trier seria del mismo estilo pues no conseguí adeptos a acompañarme. Supongo que por la polémica de Cannes o por la Temática del film.

Cuando vi que era la última película programada en el cine de verano de la Filmoteca me hice el propósito de no perdérmela. Así que, la noche del viernes me dispuse a degustarla pertrechada de una tableta de chocolate negro con fresa.

Tras las más de dos horas de película las más de 900 personas que la vimos, tuvimos un comportamiento disonante. Una aplaudieron otras callaron. A unas nos fascino a otras les dejo con una sensación de no saber.

Lo cierto es que es una película rara. De las que te obligan a pensar, de esas que la gente ama o aborrece. Interpretable desde tu propia forma de ver la vida. Con mensajes profundos que estimulan las mentes. A mí me da mensajes muy claros y eso es lo que voy a compartir aquí.

En la película Melancolía es el nombre de un planeta que colisionara con la tierra y la destruirá. Y de algún modo la melancolía ya lo está haciendo con cientos de miles de personas de una sociedad de la opulencia.

Nadie está a salvo de Melancolía. Seas rico, pobre, señor o criado, listo o tonto, gordo o flaco, amoral o idealista, mayor o joven, hombre o mujer. Y eso, queda claro en la película.


Ante esa amenaza nada te salva o protege, es posible que cuanto más tengas de lo convencional, saber y dinero, en peores condiciones de enfrentarte a esa incertidumbre que es la colisión.

Solo los desencantados y desesperanzados son capaces de intuir la necesidad de esa conmoción y se preparan para ello. Nada es peor que no que viven hoy. Sienten que nos hemos portado mal con el planeta y hemos de pagar un precio.

Solo los animales y los niños permanecen tranquilos ante esa incertidumbre ya que unos por básicos y otros por ingenuos, son capaces de aceptar lo irremediable.

Para mi Melancolía es sobre todo la catarsis de enfrentarse a lo desconocido solo con el recurso de tu interior. Ante ese paso como ante la muerte estas solo, contigo.

Para mi es una película apocalíptica, pero comparto con el blog, se trata de un Apocalipsis interior y personal.

Una oportunidad de revisar y cambiar. Y dicen que una de las claves para cambiar es la emoción. Esta bella película a mi me emociono. Y me quedo con la valentía de la protagonista que es capaz de renunciar a los oropeles del mundo y ayudar a aquellos que pretendían ayudaría a ella.

Me quedo con la imagen de la protagonista mirando sus dedos como emiten energía.

Y por supuesto con la belleza de las imágenes, el excelente trabajo de los actores, y una música muy bien elegida que  ayuda a configurar una experiencia que conmueve. Eso sí, a unos de un modo y a otros de otro.

Me gusto y mucho, quizá es porque desde luego no te deja indiferente. Y yo personalmente creo que no hay nada más terrible que la indiferencia. Es una característica de aquello que carece de valor. De eso que está muerto. De lo que no deberíamos de llegar a ser NUNCA, seres vivos y humanos.

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