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miércoles, 23 de enero de 2013

Negar la realidad

Hoy estuve en una reunión, de esas que se tienen demasiadas, para llegar a acuerdos que nadie comparte.

Hoy escuche las noticias en la tele mientras cenaba y todo me sonó igual que en los últimos meses.

Hoy hable con diferentes personas por teléfono y tuve sensaciones similares ante circunstancias diversas.

Hoy alguien me dijo "no seas pesimista" cuando en realidad debería haber dicho "no seas tan cruel al expresar lo que ves". Y escuche decir: "En estos tiempos tenemos que vender ilusión".

Hoy sentí agotamiento, el agotamiento que produce sentirse alejado emocionalmente de tanta gente. No por nada y si por mucho. Por el hecho, de no compartir determinadas actitudes que a mi modesto entender no nos ayudan a cambiar el rumbo de los acontecimientos.

He de confesar que cuando esto me pasa siento una enorme tristeza y alguien inconformista y luchadora como yo, se niega a rendirse. Así que, me he puesto a pensar a que respondía todo y si existía algún punto de encuentro y finalmente creo haberlo hallado. 

Ese nudo gordiano se llama: "negar la realidad". Nos negamos a ver lo que es porque nos negamos a aceptarlo. Lo vemos pero como no nos gusta lo negamos y condenamos a aquel que lo ve y acepta. aveces le llamamos pesimista, agorero, etc.

Pero ese es el inicio de todo un proceso que conduce a eludir responsabilidades, chillar, protestar, culpar, engañarse y engañar, maquillar, matizar, .... Todo ello  lo único que hacen es ahondar en el problema hasta convertirlo en irresoluble.

Nada se arregla solo. Y haciendo lo que dicen los expertos llegamos a donde llegamos. Lo que se supone que sabían nos han conducido con nuestra aquiescencia hasta aquí. ¿a quien recurrir?

Pero lo lamentable es que somos incapaces de levantarnos, mirarnos en el espejo y decirnos ¿qué puedo hacer yo? y hacerlo. No porque ganes nada, no porque te convenga, no porque te aplaudan, ni admiren,  simplemente por que eso, si puedes decidir hacerlo tu. Y empezar mañana, que digo mañana, hoy.

De esta crisis sólo saldremos mirando la realidad de frente, con realismo y con valentía  y ambas cosas son propias de gente optimista. Gente que sabe que negando lo obvio solo te confundes y confundes. Que lo bueno cuesta y por eso es bueno. Que si es fácil es mediocre. Que si todos lo saben no es relevante.  Que el futuro nadie sabe como será, pero algunos lo intuyen.

Necesitamos más que nunca gente que no niegue la realidad, que la asuma y afronte, no que la explique para justificarse.

Somos humanos y tenemos derecho a equivocarnos. Es bueno equivocarse, pero nefasto permanecer en el error.

Dejemos de negar la realidad y pongámonos manos a la obra con realismo y compromiso.

Y hagámoslo sabiendo que, sólo desde el bien común es posible el bien individual.


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con tus conclusiones finales: manos a la obra con realismo y compromiso.
    Hace falta solidaridad, para vencer el individualismo que nos han enseñado.

    Un saludo

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