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domingo, 12 de agosto de 2012

No dejes para mañana lo que puedas vivir hoy

A las personas de mi generación nos marcaron algunos dichos, aquello de “a quien madruga Dios le ayuda”, “quien bien te quiere te hará llorar”, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, ....

Ayer conversando con alguien me contaba que a un conocido suyo le habían diagnosticado leucemia, y le habían dado cuatro años de vida. Yo sin pensar más me indigne, lo siento sigo siendo un ser reactivo. 
 
Lo que no hice fue manifestarlo, acepte esa indignación y reflexione sobre ello. Una reflexión  proviene de mi experiencia, he enterrado a varios amigos de cáncer, conozco personas que lo han superado y otras que están en plena lucha. Algunas de ellas con niños pequeños haciendo un ejercicio de valentía muy de admirar o siendo niñas valientes y estupendas.

En base a ese repaso vital de experiencias narradas o compartidas, pensé que probablemente hay algo que hacemos mal. Y lo hacemos los enfermos de cáncer y lo que no lo somos o lo ignoramos. Olvidamos con frecuencia la importancia de lo importante. Y lo importante es disfrutar del AHORA. Eso es lo único que tenemos seguro. Porque nadie sabemos la fecha de caducidad que tiene nuestro cuerpo. Y no olviden que podría ser mañana.

¿Quién debe estar más triste, al que le dicen que morirá en un año o tu que puedes morir mañana y no lo sabes?.  

En realidad, al que le dicen que le queda un tiempo limitado le dan la oportunidad de hacer y disfrutar al máximo de su vida en ese tiempo,  y quizá  de tratar de alcanzar la felicidad. Simplemente porque como dicen los americanos saben el deadline.

Y además yo creo que cuando te sientes feliz tienes el poder de curarte. Porque el amor nos cura, ese es el milagro del que hablan muchas religiones, y no solo ellas sino grandes pensadores como Cyrulnik el propulsor de eso que se llama Resilencia. Recomendable su libro “El amor que nos salva”.

Yo creo que deberíamos de ser un poco mas alternativos y dentro de esas metodologías terapéuticas proponer: Escuelas de felicidad, momentos de placer, de amor, de humanidad, de implicación, de aprendizaje, de integración, de esperanza e ilusión, de abrazos, de besos, de risas, etc.

Sigo siendo una irredenta y creo que se debe recibir a la muerte viviendo, creyendo y amando. Comprometiéndose con los que nos rodean, compartiendo experiencias y sentimientos.

Créanme si les digo que es la mejor terapia. Lo sé desde que estudiaba, lo sé desde que hacia practicas en oncología, lo sé desde que he conocido la enfermedad en mis allegados, no hay nada más importante que sentir lo bueno. Ver oportunidad de conseguir la felicidad en cada cosa que nos pasa. Mirar hacia nuestro interior y ser valientes y generosos. Y hacerlo siempre pero especialmente cuando nos dicen que nos queda poco tiempo. Es como cuando se acerca el final de curso y has de apretar el acelerador para tratar de aprender lo que no aprendiste y vivir lo que no viviste, sin miedo.

Igual  conocer tu deadline, es la forma más eficaz de vivir más o simplemente de vivir mejor.

Así que, mi dicho a partir de ahora es “no dejes para mañana lo que puedas disfrutar hoy, no dejes para mañana lo que puedas vivir, compartir o amar hoy”. 

Venimos a la vida a aprender una asignatura, como ser y hacer felices. Y sin tu felicidad es imposible la de nadie. Paz, amor y FELICIDAD en este mes de calor. 

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