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miércoles, 14 de marzo de 2012

Ignorantes y faltos de rigor


Hoy he leído en un email el texto que incluyo a continuación y he pensado que la ignorancia es atrevida y, en ocasiones puede ser peligrosa y nefasta. Pero sobre todo, he pensado en la necesidad de la responsabilidad de poner las cosas en orden y de ser rigurosos y prudentes a la hora de juzgar y más aun a la hora de comunicar.

Algunas personas estamos hartas de la mala comunicación y de las manipulaciones que se realizan con ella y que solo pueden responder a la ignorancia o a la más profunda maldad y perversión.

Quiero creer que es ignorancia, y para eliminar esto quiero hacer las siguientes aportaciones para quien tenga la valentía de leerlo y difundirlo.

- Las Fallas, además de ser un signo de la identidad cultural de un pueblo son UNA INDUSTRIA que da trabajo a muchas familias durante todo el año. Es, además un producto de atracción turística de primera magnitud. Y ello significa que generan miles de puestos de trabajo y riqueza en comercios de la ciudad. ¡Ojalá tuviésemos muchas!

- Los trapos sucios se lavan en casa y la basura la recicla quien la crea. Con ese airear la basura sin la decencia de aportar soluciones desde lo individual solo hay un beneficiado: NADIE y un perjudicado: TODOS. Ya es hora de que aprendamos que con todo esto estamos dando un espectáculo deplorable como nación y como pueblo. Un pueblo infantil y poco maduro que se niega a aportar soluciones para salir de la crisis. ¿hay algo más patético que una huelga general en el país de los parados?

- Y finalmente, es como si en una casa donde no hay comida. Solo se dedicasen a gritar y patalear porque no hay comida. Cuando lo que se debería hacer es ver que puede hacer cada uno para encontrarla. Lo que hay, nos guste o no, es lo que hay y no por gritar será de otra forma.

Es patético y deprimente que esta sociedad nuestra sea incapaz de cambiar el chip y empezar a darnos cuenta que lo que hacemos tiene trascendencia y que la imagen se tarda mucho en construir y poco en perder. Y que cada uno de nosotros, antes y ahora, somos corresponsables de lo que nos pasa, así que a ver si empezamos a asumirlo y a hacer algo más que quejarnos y echar culpas.

Esta mañana también leía una frase que compartía con mis compañeras de trabajo y que dice:

“la esperanza tiene dos hijos: sus nombres son enfado y valor; enfado al ver como son las cosas y valor para no permitir que sigan así”

Sigo sintiendo esperanza y por ello escribo enfadada y me expongo a la crítica. Pero soy optimista y creo que aún estamos a tiempo de reflexionar y cambiar el rumbo.

“Al borde de la quiebra, la región de Valencia paga sus delirios de grandeza”. Con este titular a cuatro columnas encabezaba Le Monde un artículo publicado el pasado miércoles. Y llueve sobre mojado. Unas semanas atrás, haciendo mención a la llamada primavera valenciana, el Financial Times señalaba que “los recortes de gasto podrían incrementar aún más los riesgos derivados de un desempleo que sigue al alza y una demanda doméstica débil”. El rotativo británico ejemplificaba su artículo con casos concretos de “cortes de electricidad en edificios públicos por falta de pago”, o ciudadanos quejándose de “la falta de papel higiénico” en colegios públicos por no poder costearlo. Por su parte The New York Times publicaba fotografías de las protestas estudiantiles. El reportaje de Le Monde poco añadía a lo publicado un mes antes por sus colegas del conservador Le Figaro: “Valencia, la ciudad de todos los excesos, al borde de la quiebra”. En el caso de Le Figaro ilustraba la página una imagen del Palau de les Arts al que calificaba como “uno de los ejemplos de los proyectos faraónicos de Valencia”. Le Monde, por su parte, publicaba a cuatro columnas una instantánea de la manifestación del 22 de febrero “contra los recortes presupuestarios en la educación y contra la violencia policial”, según se señalaba en el pie de foto. Tanto el rotativo conservador como el progresista coincidían en situar la démesure valenciana en el marco del agravamiento de la crisis en España, la inquietud europea y la amenaza de Bruselas de sancionar a España. En cualquier caso el mensaje de unos y otros periódicos es idéntico.


La amenaza de Bruselas se habrá previsiblemente concretado cuando se publiquen estas líneas. Tras la reunión en la tarde de ayer de los ministros de finanzas de la zona euro, la Comisión Europea tenía previsto realizar una evaluación negativa de la situación fiscal española que significaría una reprobación en toda regla por incumplir los objetivos de déficit.


Con este escenario de fondo, la imagen que estos días van a transmitir al exterior las fiestas falleras va ser, cuanto menos, sorprendentemente contradictoria. Dejemos para próximas homilías estelares de Juan Roig, la correspondiente parábola sobre la negativa en el referéndum suizo a ampliar las vacaciones de sus trabajadores. Ya se sabe que además de tierra de calvinistas es un país de viejos que no están dispuestos a arriesgar sus pensiones. Pero sí que podemos tratar de imaginar qué puede pensar cualquier contribuyente europeo, pongamos alemán, de un país “al borde de la quiebra” que se pasa semanas disparando truenos y petardos, quemando kilos de pólvora en fuegos de artificio, calcinando costosos monumentos de cartón piedra y erigiendo una efímera Tour Eiffel de miles de luces de colores. Pues eso, que van a alucinar en colores. Y como, por mucho que las apariencias engañen, en una sociedad mediatizada como la nuestra las cosas son como se ven en la tele, van a decir, “que les den”. Y a ver quién y cómo les lleva la contraria.

2 comentarios:

  1. A mi juicio una sociedad debe ser solidaria. No creo que deba gastarse dinero en unos petardos, mientras haya personas en situación de pobreza, por culpa de la crisis o no crisis.

    Un saludo

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  2. El problema es que mientras el ciudadano de "a pie" esta centrado en solucionar el problema del día a día, paro, sueldos bajos, inseguridad laboral.... en Bruselas el objetivo esta en diseñar la Europa del 2020, que ofrecera al mundo como valor y negocio, conocimiento, cultura, patentes, innovación ...... lo cual esta muy bien, salvo que claramente para esta nueva economia, sobraran muchas manos de nuestra vieja Europa.

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