Dicen en cada vez más sitios que el consumidor es el rey, el
nuevo jefe, el foco de la empresa a quien hay que satisfacer. Y yo no estoy de
acuerdo.
No estoy de acuerdo y reniego de ese rol. Yo no quiero ser
“un consumidora” sencillamente porque soy algo más: Soy una persona. Una persona
que ejerce roles diversos y que por tanto son estados y no mi esencia. Estoy
consumiendo, estoy enfermo, estoy trabajando,
estoy en diversas acciones pero Soy antes que estoy.
Cuando mi rol invade a mi ser, algo perverso sucede y de
algún modo perturba al ser humano y acaba por afectar su bienestar y su salud.
Esa fragmentación de seres a la que conduce la sociedad
industrial proviene del reinado de la maquina y la esclavitud de la persona y
conduce a la deshumanización. Es entonces cuando la organización, del tipo que sea, cobra vida y el ser humano
la pierde. Sencillamente porque pierde su esencia, pierde la humanidad a favor
de un ente SIN ALMA.
Cuando oigo “los mercados”, “la economía”, “la democracia”,
cuando colocan como sustantivo algo que nunca debe ser sujeto sino objeto, me
empiezo a preocupar. Cuando oigo "el consumidor es el rey", me pasa lo mismo.
En
la sociedad en la que yo creo no hay reyes ni esclavos hay seres humanos que desde
la equidad y la responsabilidad conviven, cooperan, comparten, colaboran y
crecen como personas. Para ello, desempeñan roles que les permiten la acción.
Roles que nunca deben convertirse en la esencia de su ser. Sencillamente porque
no es su ser.
Uno de los retos que debe superar esta sociedad
occidental es atreverse a matar al consumidor y resucitar a la persona. Consumidor es alguien que solo tienen sentido
en el consumo. Y se creo porque la sociedad industrial solo tienen sentido en
un consumo creciente e ilimitado. Pero, se supone que ya hemos descubierto que esto
no es posible, ya que es injusto y es insostenible para el planeta. Para mi consumidor
es inhumanidad y persona que consume es sensatez.
Somos mucho más el individuos que consumen cosas, servicios,
etc. somos seres inteligentes, sensibles, integrales y no fragmentables. Somos
unidades únicas e irrepetibles y no seres estandarizados que piensan y actúan con
moldes o modelos establecidos por otros.
Es difícil cambiar, de ser autómatas consumidores que no
piensan y cuestionan nada, a personas responsables de sus vidas que se
comprometen con otras para construir una convivencia justa. Pero es difícil cambiar, siempre. Y lo es
porque es más cómodo seguir haciendo lo de siempre por malo que sea para uno.
Pero podemos cambiar y necesitamos cambiar. Y para ello
necesitamos CREER, creer que podemos.
Dicen que querer es poder, yo digo que
“creer es querer”. Pero la sociedad en que vivimos es una sociedad de
descreídos y no creyentes. Sencillamente porque los consumidores consumen y
punto. Ni se cuestionan, ni se preguntan.
Los consumidores consumen y solo tienen sentido si lo hacen.
Así que yo no quiero ser consumidor, no gracias.
Hola,carlota!!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo.
Yo diria que quiero ser cliente cuando lo necesite, no por que me impongan la compra de de productos o servicios, que a la larga has triplicado el pago de la misma.
Un abrazo!!
Hasbía M.A.