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domingo, 6 de febrero de 2011

El capital más caro

Si hay algo que me parece estimulante es el reto intelectual y la capacidad de aprender, nos ayuda a mantenernos jóvenes y a disfrutar más de la vida.
Y para mantener viva la mente nada como no dar nada por supuesto, hacer suposiciones si, pero luego validarlas y comprobarlas. Seguro que al leer este titular se les ha venido a la cabeza algo económico, algo material. Un bien o activo tangible que tiene un buen precio y al final es posible tengan razón pero quizá no como pensaban.

Así que voy compartir con ustedes una reflexión que me hacia a mi misma el otro día.
A mi me enseñaron que existían 7 pecados capitales. Y que siempre pagas un precio cuando lo cometes. Un precio que no tiene que ver con rezar, confesarse y demás pero sí tiene que ver con el resultado final que obtienes en tu satisfacción personal y eso que todos buscamos que se llama felicidad. Dicho de otro modo, el pago tiene que ver con como te sientes y secundariamente con como afecta eso a los que te rodean. Eso que muchos libros de autoayuda llaman la autoestima, la autorrealización, el autoconocimiento, y el resto de autos.

Porque cuando algo te domina, tú no controlas, te acaba haciendo infeliz y acaba haciendo infeliz a tu entorno. Un envidioso no es feliz como no lo es un iracundo, avaricioso, o el resto. Y además tiene consecuencias que van más allá.
De todos esos pecados capitales, que no dejan de ser infracciones a las virtudes que definen lo éticamente correcto desde la edad media, el principal y el origen de “todos” los demás es la soberbia.

Y la virtud que trasgrede es la humildad. Por que soberbia es vanagloria, jactancia, fausto, altanería, ambición, presunción, desobediencia, falta de respeto, ….y un largo etcétera. Cuando somos soberbios dejamos de aprender porque dejamos de escuchar, dejamos de prosperar por que dejamos de mejorar, y estamos en los preámbulos del fracaso.

Hoy las personas, las empresas, los colectivos, los dirigentes, los políticos, los estudiantes, todos estamos pecando de soberbia. Nuestro mundo, el occidental peca de soberbia y ese es el precio que estamos pagando. Por eso estamos en crisis. Porque el modelo bajo el que nos hemos comportado es soberbio. Y como somos tan soberbios cuando algo debe cambiar en lugar de mirar en nuestro interior, de detectar nuestras debilidades miramos al otro y le culpamos o le exigimos.

Sólo siendo capaces de ver nuestros errores, siendo capaces de reconocerlos en privado y si es necesario en público seremos capaces de remediar muchos de nuestros males. Porque siendo humildes, aprendemos, mejoramos, respetamos, nos realizamos y quizás hasta triunfamos. Porque al final sólo saldremos de esta crisis que no solo es económica y financiera, cuando seamos todos más humildes. Porque el pecado capital que más caro pagamos es la soberbia.

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