Este fin de semana me decían que corría un tweet de moda que
decía que: “emprendedor es un parado que se hace autónomo”. Esto lo decían en el
contexto del buen humor del español y a mí más que humor me pareció realidad. Vivimos
un mundo en que la realidad se llama humor u horror. ¿Será que vivimos en el
mundo de la mentira o de la falsedad?.
Lo cierto es, que cada día estoy más convencida de que esto
solo lo arregla la gente corriente. Gente que con eso que es tan raro, el
sentido común, decidirá coger el toro por los cuernos y dejar de esperar a quién
nunca llegara.
Vivimos “un cambio de modelo”, REAL y palpable. Y los agentes
sociales están más despistados y preocupados por mantener su status, cuando no
su puesto de trabajo, que hoy más que nunca ignoran al que sirven. ¿Cuanto durarían
los Sindicatos si los tuviesen que sostener los trabajadores?
Demasiados deberían haberse dado cuenta que NADA de lo que tenemos en
materia de laboral, sirve para nada y que la calle ya está dando soluciones a
sus dramas. Porque aunque no lo digan los telediarios, se viven auténticos
dramas. Soluciones que en muchos casos no son legales pero que, ante la inexistencia de otras formulas, en muchos casos son excusables. Y que conste que
no estoy de acuerdo con ello y que me canso de decir que hay que hacer las cosas como es debido aunque seas el único o única en el mundo..
Dicho esto, diré que los lunes nunca fueron buenos días para mí. No los odio,
pero son como enfrentarse a una montaña que parece muy difícil subir. Luego llega
el martes y te vas sintiendo capaz. En el momento actual cada lunes te
enfrentas a ver quien ha sobrevivido y sigue en la lucha.
Las empresas, las pequeñas y decentes, que las hay y muchas a Dios gracias, lo están pasando mal, muy mal. Yo
que las trato me doy cuenta de los esfuerzos ímprobos que muchas realizan para
sobrevivir y llegar a cada lunes. Me doy cuenta en esas conversaciones intimas
con sus responsables y sus trabajadores, que hay mucha buena gente y que hay
muchas malas costumbres y mucho cáncer que debemos exterminar. Y lo tenemos que
hacer TODOS, cada uno el suyo.
Esta mañana de lunes una empresa española de más de 50 años
me decía que iba a terminar su existencia. Ha luchado y lo ha intentado hasta
el final. Pero a veces es muy difícil, por
no decir imposible. Y lo peor, es que hay muchas en ese estado y miedo me da el
verano con sus calores y lo que encontremos en “la vuelta al cole”.
Lamentablemente todos tenemos nuestra parte de culpa porque
si cada uno de nosotros hubiésemos actuado de otro modo no habríamos llegado
hasta aquí. Pero quizás, la peor de todas para mí, es no llamar a las cosas por su
nombre y no reconocer nuestros errores por no llamarlos culpas.
Acordémonos cada día de algo muy tonto, que a algunos nos
enseñaron en la escuela: “no hagas a
nadie lo que no te gustaría que te hiciesen a ti”.
Es hora, y es hora YA! de que nos hagamos conscientes, que lo
que era nunca volverá a ser. Y que hemos de EMPRENDER lo más relevante para que algo
cambie: Otro tipo de VIDA y relación con los otros y el entorno. Una vida más humana, solidaria, responsable, comprometida y nada regulada. Porque
no debería hacer falta y porque estaremos emprendiendo una nueva vida desde la
Responsabilidad Individual.
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