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miércoles, 4 de octubre de 2017

Malestar social

Este mes de octubre está siendo la culminación y expresión del malestar social que se ha ido sembrando desde hace mucho, mucho tiempo en nuestra sociedad.

Mucha gente, buena gente siente dolor, tristeza, exclusión, invasión, agresión y acoso en cada vez más ámbitos de la vida. Somos el primer país de Europa en consumo de sedantesel suicidio, es la tercera causa de muerte en jóvenes de 14 a 29 años,  crece un 240% en 2 años el acoso escolar, crece la violencia de género en menores, la intransigencia religiosa e ideológica se cobra vidas, la persecución profesional a gente que hace el bien, la violencia entre pueblos fomentada desde la política, y un largo etc.

Todo son simplemente manifestaciones de un gran malestar social  y sobre todo de infelicidad, resentimiento, victimismo, egoísmo, codicia, soberbia, prepotencia,  e impotencia que siempre subyacen a la violencia expresada en sus múltiples manifestaciones. Son síntomas del fracaso de un modelo de sociedad.

Yo creo que lo que estamos viviendo y sufriendo muchas personas en los últimos tiempos no se vivía en este país desde hace más de 80 años, quizá por causas distintas pero con resultados similares. Estamos confundiendo todo y estamos sembrando el caos de forma absolutamente irresponsable.

Alguien debería hacer una llamada a la sensatez, a la armonía que debería reinar en eso que debería ser “un país civilizado y con respeto a las personas”. Se están vulnerando por todas partes el bienestar e integridad física y psíquica de millones de personas. Se esta sembrando la semilla de la cizaña y lo peor, es que no estamos siendo conscientes de que nuestros hijos e hijas van a ser las víctimas de esta lamentable situación. 

No hay referentes personales y los que deberían serlo la gente no se los cree. Nos estamos deshumanizando y estamos endureciendo el corazón ante el hermano. Estamos destruyendo la mayor fuente de bienestar en el ser humano: el amor. Estamos fomentando el odio y el enfrentamiento. Y lo estamos haciendo en nombre de la ciencia, de la libertad, de los derechos, de cosas que deberían estar al servicio del bienestar de las personas. Lo estamos haciendo y nadie dice ni hace nada.

Ganas me dan de convocar una manifestación de gente que se siente triste, impotente, y desanimada ante tanto dolor y agresión. Gente que en silencio camine cogida de la mano de su vecino y sin signos que muestren diferencias.

Necesitamos hacernos conscientes de que estamos entrando en un túnel sin salida que será causa de inmenso dolor y sufrimiento, que crea damnificados en generaciones.Tenemos muchos retos que asumir para la construcción de un mundo mejor y estamos enfrascados en el enfrentamiento en múltiples áreas de nuestra vida.


Esto es  finalmente la expresión del fracaso de un modelo que destruye a las personas y las devasta. ¿Cuando vamos a hacernos conscientes de que este modelo solo crea malestar social y que solo entre todos será posible cambiarlo?.