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lunes, 14 de marzo de 2016

Salud se escribe con I

El hombre no es una máquina y nunca lo será, pero tristemente vivimos en un mundo que lo trata de ese modo. Un hombre donde lo menos relevante es su materia, porque esta es expresión de algo superior a ella. Hoy ya sabemos que lo mental y emocional conforman lo material.

Hoy parece claro que nos encontramos en un momento de esos que existen pocos en la historia de la humanidad. Un momento de cambio o crisis en que es necesario realizar un cambio de gafas, un cambio de modelo mental. Un cambio en la forma de aproximarnos a la realidad que nos rodea para transformarla. La cuestión es como hacer esa trasformación. De dentro afuera, de fuera adentro o ambas cosas. Una visión del mundo que integre la espiritualidad en la consecución del bienestar de la persona, separándonos de esa visión mecanicista y fragmentaria de la realidad que nos asimila a las maquinas.

De eso es de lo que nos habla el libro al que corresponde el capítulo que tenemos que comentar, de que estamos ante un “punto crucial”. Y lo estamos, porque si no cambiamos en la forma de acercarnos a la realidad llegaremos a la extinción no de la especie humana, sino de una forma de vida y un bienestar al que todos y cada uno de nosotros aspiramos. «Un organismo que solo piensa desde el punto de vista de su propia supervivencia destruirá inevitablemente su entorno y, como estamos aprendiendo por nuestras amargas experiencias, también se destruirá a sí mismo.»

Hay autores como Erwin Laszlo que dicen que nos encontramos ante un cambio de era. Estamos pasando de la era del logos a la era del holos. (anteriores fueron el mythos- caza recolección- y el theos – agrario y pastoral).

El modelo industrial y cartesiano actualmente vigente pertenece a ese logos y es claro que fracasa a la hora de dar respuesta a las necesidades y nuevos problemas de este siglo, y la causa puede ser que no entiende donde está el problema (Muchas veces carece de importancia determinar cuál de estos factores ha sido la causa inicial de la avería. Las máquinas funcionan según cadenas lineales de causa y efecto). La maquina trato de matar al espíritu y se estropeo !Qué pena!

Lo que a mí me resuena de este capítulo, son dos grandes ideas que determinan esa Visión Integral que lo titula.

La primera la asimilación de organismo vivo a un sistema abierto y regido por las leyes propias del mismo (Un organismo viviente es un organismo que se organiza a sí mismo)   que produce un cambio de visión y lo hace también en el abordaje de la salud de las personas. Imprevisibilidad y capacidad de sorprender, creación en lugar de construcción, modelos mentales previo a materialización (las estructuras de materia observadas son un reflejo de las estructuras mentales) , función antes que estructura (Las actividades de una máquina vienen determinadas por su estructura. En un organismo, sucede exactamente lo contrario: su estructura orgánica es determinada por los procesos), autonomía, autoexpresión y autoregulación del sistema (La estabilidad de los sistemas que se organizan a sí mismos es extremadamente dinámica y no debe ser confundida con el equilibrio). Vínculos y comunicación que producen interacción, códigos y lenguajes compartidos y propios de cada sistema (El papel crucial desempeñado por el ritmo no está limitado a la autoorganización y a la autoexpresión, sino que se extiende a la percepción sensorial y a la comunicación). Y todo ello muy relacionado con nuestra medicina homeopática: individualidad, autoregulación y comunicación. Desde que empecé el estudio de la homeopatía la sentí como “la medicina de la comunicación”. Si el remedio no habla el mismo lenguaje del cuerpo a tratar, no funciona. Luego, desde esa información es el propio organismo quien se reajusta y lo hace desde su propia forma de ser, sentir y pensar.

Todo ello modifica las reglas del juego vigentes de la estandarización, los protocolos, la especialización y aislamiento, la unidireccionalidad, la previsibilidad, etc. propios del modelo cartesiano.

En segundo lugar una visión integral y de relación. No somos nada sin las relaciones que se establecen entre nosotros y en el entorno. Nada funciona de forma aislada. Sistema e integral son conceptos unidos de tal forma que cuando uno se destruye el otro desaparece (Las propiedades integrales son destruidas cuando un sistema se descompone, física o teóricamente, en elementos aislados ). Ni podemos ver las partes sin sus relaciones y la configuración del TODO al que dan lugar (Lo que se conserva en una zona en estado salvaje no son los árboles ni organismos individuales, sino la compleja red de relaciones que existe entre ellos.).

En contra de lo que mucha gente dice, yo pienso que vivimos una sociedad de malestar porque estamos en una sociedad egoísta, victimista, materialista y excesivamente individualista que ha perdido su relación con los otros humanos y con el resto de seres de las diferentes especies y por supuesto con la naturaleza que nos rodea. Una sociedad donde solo es importante lo tangible y consumible y donde la parte emocional y espiritual, como es difícilmente medible, es ignorada y segregada.

Adaptación, cambio y comunicación ((los sucesivos modos de adaptación restituyen la mayor parte de la flexibilidad que el organismo) . Hay que cambiar pero esta vez creo que cambiar pasa no por destruir lo anterior sino por integrar lo que de bueno tengamos. (El reduccionismo y el holismo, el análisis y la síntesis, son enfoques complementarios que, usados con el equilibrio justo, nos ayudan a obtener un conocimiento más profundo de la vida.). Pero es que además se necesitan los dos enfoques complementarios (un enfoque reduccionista para entender los detallados mecanismos neuronales y un enfoque holístico para comprender la integración de estos mecanismos en el funcionamiento de todo el sistema.)

Hoy no podemos olvidar que la mayoría de las relaciones que existen entre los organismos vivientes son en esencia, relaciones de cooperación caracterizadas por la coexistencia y la interdependencia, y por varios niveles de simbiosis. Hoy ya tenemos mucha ciencia que lo demuestra. Somos cada vez mas conscientes de que separar o excluir genera disfuncionalidad que dentro de nosotros mismos no podemos separar el interior del exterior, como no debemos separar la micro de la macroevolución ni la necesidad del azar.

Hoy las gafas con las que vemos la vida deben ser integrativas porque el concepto mismo de salud depende de manera crucial de la visión que se tenga de los organismos vivientes y de su relación con el medio ambiente. Somos integrales y estamos integrados.

Así que si me tuviese que quedar con algo muy pequeño creo que elegiría la letra I de INTEGRAL que es la misma letra inicial de palabras que definen esa nueva forma de abordar el mundo de la salud y el bienestar y que está relacionada con una visión sistémica de la vida: Invisible, interactiva, impregnada, imposible, imprevisible, innovadora, intuición, inconformista, interrelación, identidad, imaginación, izquierdo, información, inteligencia, inconsciente, imagen, implicación, interconexión, interdependencia, e integración.

Así que si queremos obtener bienestar y salud no deberíamos olvidar la necesidad de INTEGRAR. Porque salud se escribe con I de INTEGRAR debemos tratar de integrar todo lo alopático y homeopático, lo tecnológico y lo humano, lo tradicional y lo innovador. En resumen lo mejor de cada uno para la consecución del más elevado fin del médico “restaurar la salud de las personas”.

citas del libro de CAPRA, F. (2000). El punto crucial.   siempre entre paréntesis y cursivas


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