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domingo, 26 de agosto de 2012

La Revolución de la Felicidad


Ayer como cada verano disfrute del cine de verano. Todo un lujo en el Jardín del Turia junto al Palau de la Música. La noche calurosa empezó a hacer sentir una brisa que presagiaba el descenso en grados predicho por los meteorólogos para el domingo. No se si por ser sábado o por el titulo de la película "no habrá paz para los malvados", la cuestión es que estaba lleno. Y eso te ofrece la oportunidad de coincidir con mucha gente y aumenta La probabilidad de que te sucedan cosas.

Y así fue. Algo paso que me ha hecho escribir esto en la mañana siguiente. Nosotras estábamos sentadas en un extremo de la fila, es decir al lado del pasillo de acceso a las sillas. Así que antes de empezar la peli, unas mujeres salieron a comprar algo al bar. Eso implica que el resto de los sentados han de moverse un poco para dejar pasar. En el entretanto me puse a escribir en mi smartphone, últimamente esto de escribirlo todo es como un vicio. El caso es que al volver a pasar tuvieron que llamar mi atención para que me moviese. Lo hicieron diciendo: "otra vez vamos a molestar" .

Yo, como me es propio, dije casi sin pensar "unos seres tan estupendos como vosotras es imposible que molestéis a nadie". Últimamente he decidido que en lo que me sea posible voy a alegrar la vida a la gente. Ellas sonrieron sorprendidas, y eso me dio pie a seguir hablando con ellas mientras seguían avanzando hacia sus asientos y la ocasión de que los demás me oyesen, nos oyesen. Mi discurso fue "que todos tenemos la libertad y oportunidad de con cosas pequeñas hacerle la vida mas fácil al vecino, provocar una sonrisa, cambiar un gesto o una predisposición negativa".

Todos y todas podemos hacerlo y con ello mostrar a otros que es posible. Me sorprendió favorablemente su respuesta afirmativa y positiva. Su alegría  al decir, es cierto. Y pensé y dije en ese momento, que la gente podemos hacer una revolución, la otra revolución: la revolución de la felicidad. Y me gusto ver muchas caras asintiendo. Vi con que poco podemos cambiar la capacidad de contagiar un estado de animo.

Esta mañana mientras escribía esto hablaba con mi madre sobre la felicidad y le decía que la gente no somos felices porque buscamos siempre fuera lo que debemos buscar dentro. Y buscar en el lugar equivocado es fuente de frustración y de gran infelicidad.  Nada te satisface, nada te complace y eso así, durante una vida acaba en la desesperanza, la amargura y el tedio. Nos convertíos en seres tristes o negativos y eso es lo que entregamos al entorno.

Tras esa misma película, le decía a la amiga con quien fui. Esta es la época mas feliz de mi vida. Y curiosamente gano menos que nunca, asumo mi edad, estudio sin cesar, disfruto de compartir, me gusta soñar, y pienso seguir así. Me siento muy afortunada con mi madre estupenda que me da lecciones de vida, mi perrita leal y cariñosa, mis maravillosas amigas, mi Carlos, mis adoptados y adoptadas, y mucho mas. En los últimos años descubrí que cada vez que me pasa algo es para bien. Lo bueno no es necesario decir lo que satisface y lo malo porque te es algo que te alerta de que algo has de cambiar en ti.

Si no somos o nos sentimos felices, algo no funciona y no esta fuera. Así que busquemos en donde hay que buscar. Si somos y nos sentimos felices hemos de dar luz, hacer sentir a los otros así. Decir lo guapos que están, lo listos que son, lo maravilloso del día, la suerte de estar sanos, ofrecer ayuda o sonrisas, es algo que todos podemos hacer. Y debemos hacer.

La revolución de la felicidad es la revolución personal que trasforma desde el yo y llega al nosotros. Y lo hace de tal modo que sientes una alegría profunda cuando una amiga con un sueño no se rinde y te dice "seré rica, lo se."

A toda esa gente positiva hago un llamamiento. Hagamos la revolución del a felicidad, la huelga de las malas caras y las malas contestaciones, el día de los abrazos y los besos.

domingo, 12 de agosto de 2012

No dejes para mañana lo que puedas vivir hoy

A las personas de mi generación nos marcaron algunos dichos, aquello de “a quien madruga Dios le ayuda”, “quien bien te quiere te hará llorar”, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, ....

Ayer conversando con alguien me contaba que a un conocido suyo le habían diagnosticado leucemia, y le habían dado cuatro años de vida. Yo sin pensar más me indigne, lo siento sigo siendo un ser reactivo. 
 
Lo que no hice fue manifestarlo, acepte esa indignación y reflexione sobre ello. Una reflexión  proviene de mi experiencia, he enterrado a varios amigos de cáncer, conozco personas que lo han superado y otras que están en plena lucha. Algunas de ellas con niños pequeños haciendo un ejercicio de valentía muy de admirar o siendo niñas valientes y estupendas.

En base a ese repaso vital de experiencias narradas o compartidas, pensé que probablemente hay algo que hacemos mal. Y lo hacemos los enfermos de cáncer y lo que no lo somos o lo ignoramos. Olvidamos con frecuencia la importancia de lo importante. Y lo importante es disfrutar del AHORA. Eso es lo único que tenemos seguro. Porque nadie sabemos la fecha de caducidad que tiene nuestro cuerpo. Y no olviden que podría ser mañana.

¿Quién debe estar más triste, al que le dicen que morirá en un año o tu que puedes morir mañana y no lo sabes?.  

En realidad, al que le dicen que le queda un tiempo limitado le dan la oportunidad de hacer y disfrutar al máximo de su vida en ese tiempo,  y quizá  de tratar de alcanzar la felicidad. Simplemente porque como dicen los americanos saben el deadline.

Y además yo creo que cuando te sientes feliz tienes el poder de curarte. Porque el amor nos cura, ese es el milagro del que hablan muchas religiones, y no solo ellas sino grandes pensadores como Cyrulnik el propulsor de eso que se llama Resilencia. Recomendable su libro “El amor que nos salva”.

Yo creo que deberíamos de ser un poco mas alternativos y dentro de esas metodologías terapéuticas proponer: Escuelas de felicidad, momentos de placer, de amor, de humanidad, de implicación, de aprendizaje, de integración, de esperanza e ilusión, de abrazos, de besos, de risas, etc.

Sigo siendo una irredenta y creo que se debe recibir a la muerte viviendo, creyendo y amando. Comprometiéndose con los que nos rodean, compartiendo experiencias y sentimientos.

Créanme si les digo que es la mejor terapia. Lo sé desde que estudiaba, lo sé desde que hacia practicas en oncología, lo sé desde que he conocido la enfermedad en mis allegados, no hay nada más importante que sentir lo bueno. Ver oportunidad de conseguir la felicidad en cada cosa que nos pasa. Mirar hacia nuestro interior y ser valientes y generosos. Y hacerlo siempre pero especialmente cuando nos dicen que nos queda poco tiempo. Es como cuando se acerca el final de curso y has de apretar el acelerador para tratar de aprender lo que no aprendiste y vivir lo que no viviste, sin miedo.

Igual  conocer tu deadline, es la forma más eficaz de vivir más o simplemente de vivir mejor.

Así que, mi dicho a partir de ahora es “no dejes para mañana lo que puedas disfrutar hoy, no dejes para mañana lo que puedas vivir, compartir o amar hoy”. 

Venimos a la vida a aprender una asignatura, como ser y hacer felices. Y sin tu felicidad es imposible la de nadie. Paz, amor y FELICIDAD en este mes de calor. 

lunes, 6 de agosto de 2012

Lo que no hay que hacer

Pues eso que es lo que no hay que hacer es lo que últimamente hacen las grandes compañías. Y lo triste es que llevan muchos años haciéndolo. ¿Y saben qué es?, pues maltratar a sus clientes y bajar sus índices de rentabilidad, y vuelven a maltratar y vuelven a ajustar. Y se deslocalizan y externalizan, y tiran los precios y hacen promociones para captar nuevos clientes, y se pasan ocho pueblos con los fieles.

Y eso sí, trabajan con grandes consultoras, les auditan grandes marcas o hacen millonarias campañas de publicidad, que para lo único que sirven es para enfadar a esos clientes maltratados y que harán que en su momento la caída sea más dura. Pero es que además, albergan en sus consejos a políticos de diferentes partidos mayoritarios a los que pagan sumas cuasi vergonzosas y tienen diferencias de salarios entre sus directivos y el personal de base que da vergüenza citar.

No muy diferente a lo que han estado haciendo en las CAJAS de Ahorro y que nos han conducido al estado lamentable que según los expertos no se podían imaginar. Pues yo, cuando los oigo lo que pienso es que estaban muy ocupados comiendo en restaurantes de 5 tenedores, jugando al golf o navegando en sus yates. Porque cualquier persona de a pie con dos dedos de frente les habría dicho que trasferir a maquinas la atención a los clientes, standarizar con la tecnología la gestión de cuentas sin revisión humana. Gestionar quejas con call center en países terceros con personas que nunca pueden resolver tus quejas, marear a los clientes con distribuidores cuyo interés es vender centralitas, idear promociones que tienen trampa, no hacer seguimientos de sus vencimientos para comprobar que nunca fueron usadas porque sencillamente se rechazaron. Hacer ofertas a los no clientes donde se ofertan los mismos servicios que tienen los clientes a mitad de precio. Por no decir que cuando solicitas la portabilidad te ofrecen bajar los precios a la mitad, y que cuando das como respuesta: ¡Tarde, llegan tarde!, no registran esto y toman medidas.

Cuando un cliente jura no volver a trabajar con ellos aunque le regalen el servicio y siguen llamándote para hacerte ofertas como si nada hubiese pasado. Y tú te preguntas ¿No sabrán con tanta tecnología lo que me han hecho? Y cuando sigues siendo cliente de la línea fija y el ADSL y te están cobrando el doble de lo que toca y por haber devuelto una factura de 20 euros que corresponde a nada, te envían una carta de un bufete de abogados amenazando con demandarte y ponerte en el RAE, cuando ellos te siguen cobrando el doble. Y entonces decides que hasta aquí hemos llegado y te vas a otra operadora de telefonía que todo el mundo augura sera más de lo mismo.

Y la gente te dice todas son iguales, y tú sientes una pena profunda y te dices que llegará el día en que pasará con ese sector lo mismo que con el financiero y que los economistas dirán que no podían verlo venir. Ya sabemos que los economistas son los que mejor predicen el pasado.

Pero un ser pequeño les dice: una empresa que no cuida de sus trabajadores y los usa como recursos prescindibles, una empresa que roba a sus clientes leales y beneficia los infieles, una empresa que no se acerca a la realidad y solo mira sus cuentas de resultados, una empresa que gasta dinero a espuertas en decir lo estupenda que es y gasta o invierte en tecnología pensando que con eso está a salvo de la crisis o que paga sueldos que no me atrevo a expresar a sus directivos mientras  se recortan plantillas a destajo o deslocalizan para ahorrar, es una empresa que ha perdido el oremus, el alma y el sentido común. Son empresas que no han entendido que están cerca de la más estrepitosa caída y desastre.

Y esto es lo que yo veo, y he decidido escribir por si algún ser sensato decide dar un golpe de timón,  es lo que les pasa a esos que llamamos GRANDES y que forman parte de un pasado de locura y mal hacer. Y a mí que eso les pase a compañías extranjeras me apena pero que les pase a esas que son paradigma de empresas españolas, de las que ayer y hoy presumíamos y que veremos que hacen en el futuro me produce una pena profunda y me deprime.

Lo siento, pero piensen que hay cosas que nunca deben hacerse porque el día que empiezas a hacerlas estás iniciando el camino del fin y del caos. Así que cuando vean que determinadas cosas empiezan a pasar, vendan las acciones antes de que les pase lo que a muchos con las preferentes, que hoy tanta gente conoce. por que hay cosas que nunca hay que hacer.