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domingo, 25 de septiembre de 2011

Los otros CULES



Mucho se ha escrito de la filosofía y cultura que subyace detrás de un equipo de futbol, el Barcelona CF, como base de sus triunfos. Una cultura que prima el esfuerzo, el espíritu de superación, el respeto, la integración de las habilidades y capacidades individuales integradas en el equipo, como fórmula para alcanzar un objetivo.

Hoy en tiempos de incertidumbre, esos que caracterizan este nuevo siglo, es imprescindible para alcanzar cualquier objetivo tener presentes las pocas reglas de la nueva era de la globalidad. Pero esas pocas reglas sabemos que pasan, según se hace referencia en muchos textos incluido el manifiesto Cluetrain, por la importancia de la inteligencia colectiva y del compromiso personal vehiculado en una cultura compartida.

En estos momentos donde todo parece ir a la deriva es muy importante contar con líderes o guías. Gente que con su capacidad y generosidad nos ayude a encontrar las claves para sobrevivir a esa incertidumbre.

Pero lo cierto, es que nos perdemos en la banalidad y pocas cosas son capaces de llegar a las masas. Entre esas cosas está el deporte.

Son ejemplos próximos donde es posible ver resultados y analizar las causas que producen los efectos. Y el efecto más llamativo y aspiracional es el éxito o la victoria.

Por ello cuando alguien con éxito reconocido se compromete y se erige como GUÍA a través de explicar y comunicar sus secretos. Es de ley, reconocer su aportación.

Hoy me he sentido orgullosa al leer en la prensa que un hombre al que admiro y respeto, ha decidido utilizar las herramientas de la comunicación persuasiva e informativa para difundir su filosofía. Es un empresario valenciano que demuestra cada día la fuerza y la capacidad de construir riqueza en tiempos de crisis. Capacidad de hacer crecer y hacer fuerte no solo a su empresa sino todas aquellas que con ella se relacionan. Es la cultura de los Interproveedores.

Mi admiración es además, porque comparto con él que en la vida todo depende de las gafas que te pones para ver lo que pasa. Ya que según ves, así actúas. Por lo que el verdadero secreto consiste en cambiar de gafas.

A estas alturas todos y todas, sabréis que hablo de MERCADONA y su Presidente.

Presidente que además es mecenas de un equipo de baloncesto, el equipo de la ciudad donde vivo, Valencia. El equipo de un deporte que admiro, el baloncesto, porque alguien dijo alguna vez que es el deporte de los que son diferentes. Todos sus jugadores son más altos que la media, el Baloncesto. Y tristemente vivimos en una sociedad donde se penaliza la diferencia, precisamente cuando en ella está la clave de la supervivencia de la sociedad.

Un deporte que como el fútbol nos ayuda a tener orgullo de PAIS, nuestro país ESPAÑA. ¿Quién no se siente orgullosísimo de los triunfos de nuestras selecciones?

Por todo ello me ha gustado leer que en las camisetas del Valencia Basket, a partir de ahora podernos leer la siguiente frase:
“Cultura del esfuerzo”, como "compromiso y unión con las distintas voces que, tanto desde el mundo empresarial como institucional, están pidiendo un cambio de mentalidad en nuestra sociedad que nos lleve recuperar los valores de la cultura del esfuerzo".

Así uno de sus directivos contaba que "en 2009, impulsados por el mecenas del club, Juan Roig, se nos hizo ver la necesidad de realizar un cambio cultural, porque esa etapa de abundancia se acabo. Este club, desde aquella fecha, equilibra y cumple su presupuesto anual y ha convertido el esfuerzo en una obligación".

Es por ello que no he podido evitar pensar que la expresión de esa cultura debía poder GRITARSE a modo de consigna.

Y en ello estaba cuando por deformación profesional intenté hacer un acróstico. Entonces me di cuenta que si solo usaba la primera sílaba de cada palabra de esa “CULtura del ESfuerzo”. La palabra resultante es CULES. Y casualmente o sincrónicamente, dicha palabra resulta ser como se llama a los seguidores del Barsa. Y que ese Barsa, era más que un club.


Yo creo que el Valencia Basket es también mucho más que un Club, es la expresión de una nueva forma de ver la vida. Por eso para mí a partir de ahora los TARONJAS serán “Los Otros CULES”.

jueves, 22 de septiembre de 2011

La lección de la vida


Hoy he visto una obra de arte grandiosa, una obra del séptimo arte llamada "el árbol de la vida". Hace mucho tiempo que no veía, o mi memoria no recuerda, nada equiparable.

Quien me la recomendó la definió como “120 minutos de poesía de la vida.”

La música, la imagen, el discurso narrativo y la acción de actores se funden en una bella historia. La intimista obra de un ser humano que explica con arte el descubrimiento del sentido de la vida, de su vida.

Tiene la belleza del sentimiento expresado de forma excelsa.

Tiene la grandeza de que cada persona, a través de los sentimientos sublimes, interpreta y saca su propia conclusión.

Tendrá tantas interpretaciones como personas la disfruten. Pero con algo en común, todas ellas tras verla, escucharla y digerirla, sentirán que algo cambió en su interior tras hacerlo.

Es una obra que yo encuadraría en eso que se ha venido en llamar “pensamiento sistémico”. Donde nada tiene principio ni fin porque es circular, y todo fin implica un principio y todo principio un fin.

Todo está en un mismo plano estando a su vez en distintos. Y ese juego con el tiempo nos abre a un universo diferente donde todo está y convive.

Es una obra de FILOSOFÍA porque reflexiona sobre las grandes inquietudes del hombre y la mujer. La vida, la muerte, la naturaleza, el alma, lo bueno y lo malo. Todo conviviendo en un territorio donde no hay fronteras claras entre unos extremos y otros.

La belleza puesta al servicio de lo profundo del hombre para regresar a nuestro ser íntimo y ayudarnos a encontrar y entender que todo es comprensible. Que nuestros defectos y debilidades son, en muchos casos, lo que nos conduce a una determinada forma de pensar, sentir y consecuentemente de actuar.

Al final la paz, la armonía, el perdón, el amor, y la superación de todo lo eso que le impide al hombre ser feliz.

Un mensaje de esperanza y sentido, que nos hace aceptarnos y aceptar a los que nos rodean. Darse cuenta de la trascendencia de la vida y el entendimiento de la adversidad y el triunfo como cosas interpretables según la cultura.

Y entender al final que comprender el sentido de lo que nos ocurre requiere de trascender y alejarnos en el tiempo. Y que la diversidad está en el tiempo y la cantidad de eventos necesarios para entender la lección. La lección de la vida de cada uno de nosotros.

Cuando la veáis lo entenderéis.

martes, 13 de septiembre de 2011

Poca vergüenza



Eso es lo que hoy nos invade. Poca vergüenza, es lo que creo que manifiestan muchas personas en los medios de comunicación. Pero lamentablemente no sólo en los programas basura donde se comercia, y digo se comercia, con la desvergüenza.

Desvergüenza que poseen aquellos que exponen en público sus miserias para ganar dinero. Pero desvergüenza también es la de aquellos que lo ven, simplemente porque con ello los consagran como estrellas mediáticas. Así nos convertimos en los cómplices de aquellos que los utilizan para ganar mucho dinero con ellos.

Para los que no lo sepan, si nadie viera estos programas, los quitarían de la programación. Dicen que tenemos los políticos que nos merecemos, pero también tenemos los programas que nos merecemos. Programas que ensalzan valores pervertidos. Esos valores que nos han conducido a la sociedad que hoy no satisface a nadie y va camino de hacerlo cada vez menos. Porque adormecen inteligencias y transforman personas en ovejas mansas incapaces de pensar.

Y hablando de políticos, es patético ver cómo personas inteligentes hacen declaraciones absurdas que no son más que parches y cataplasmas, que nada hacen por poner los cimientos de una recuperación económica y de valores.

Yo personalmente me siento insultada y menospreciada en mi limitada inteligencia que, por supuesto nunca estará a su nivel. Como ejemplo, pretender que trasvasar dinero con el incremento de impuestos o la recuperación del de patrimonio, es la solución fundamental en lugar de una sintomática que hará más grave el problema en su resolución. ¿Qué piensan solucionar con ello? Ya se lo digo, pan para hoy y hambre para mañana. En lugar de crear empleo, creamos bolsitas para subsidios. Ojalá pudiésemos pagar muchos impuestos de sociedades las empresas, eso significaría que tenemos beneficio.

Hoy, escuchando a Cayo Lara me parecía escuchar demagogia barata, no necesitamos lloriquear al estado, no necesitamos subsidios, QUEREMOS TRABAJAR, QUEREMOS GANARNOS LA VIDA honradamente. No más soluciones del pasado. ¿Hasta cuándo señor? ¿Hasta cuándo? Aún no se han enterado de que el mundo ha cambiado, que estamos ante otro modelo. Ellos parece que no se han enterado.

Y lo que más me ofende además, es que gasten mi dinero en hacer campañas para reconocer la experiencia firmadas por el gobierno de la nación que habla de austeridad. ¿Será que no se han enterado de que hay cientos de miles de jóvenes con licenciaturas y masters en el paro? ¿Será por papeles? Pues ahora tendremos más papeles, los que certifican la experiencia. Porque trabajo lo que se dice trabajo, eso ya es otro cantar. Para eso hay que hacer otras cosas.

Aún no se han dado cuenta de quién genera empleo. ¿No saben que muchos autónomos y microempresas son las que generan la riqueza sostenible? Pues me gustaría decírselo. Ahora bien, a esos que les den..... Paciencia. Mucha paciencia para soportar gente que pasa de ellos, que les pone dificultades y sobre todo que los desaniman para creer y crear riqueza porque ni están ni se les espera.

Es vergonzoso el espectáculo que estamos viendo en los últimos años. Pero eso si, penoso sólo para la gente con vergüenza. Y yo cada vez me digo, que ese es el problema, que vivimos rodeados de muy poca vergüenza. ¿Hasta cuándo y hasta qué esperamos para hacer algo? para decir y hacer, para dejar de ser cómplices de todo ello.

¿Sabían que me decían esta mañana? Que un 10% de los residentes de una gran población cercana a Valencia iba a recibir comida de la beneficencia.

martes, 6 de septiembre de 2011

Regreso al pasado

Este mes de septiembre muchos niños empiezan su curso escolar y no hay nada mas paradigmático del futuro que los niños y niñas de un pais.

Pero no solo comienzan el curso los mas pequeños también lo hacen muchos adultos, entre ellos de forma especial los que se ocupan de la docencia: los profesores y los padres. Este binomio son los responsables del sistema formativo de la persona.

Y los que somos docentes profesores también nos formamos para hacer bien dicha misión. Por ello algunas instituciones al inicio del curso reúnen a sus claustros en jornadas formativas. Y de la que asistí ayer, me quede con una frase muy paradogica: EL PRESENTE ES HIJO DEL FUTURO.

Al terminar la sesion formativa todos y todas entendimos que lo que visualizamos es lo que condiciona lo que hacemos. Por ello el presente es el hijo del futuro.

En esa misma jornada también se hablo de la importancia que tiene la formación de las persona en valores éticos consistentes. Y es ahí donde mi propuesta es Regresar al pasado.

Un pasado donde la disciplina, la exigencia, el respeto, la austeridad, la generosidad, o la responsabilidad eran pilares para crear personas competentes con espíritu de superación y capacidad de provocación inteligente. Esos valores con los que los que hoy tenemos 50 fuimos educados.

Los tiempos que vivimos y hacia donde nos dirigimos quizá se parezcan mas a los tiempos de estrecheces económicas de nuestros padres. Aquellos tiempos donde valorábamos las cosas, donde reciclábamos y heredábamos ropa y libros. Donde un helado era un festín y donde la creatividad era fuente de juegos compartidos con la familia, donde padres e hijos hacíamos deberes. Donde el hermano mayor enseñaba a los menores. Donde la responsabilidad de tus actos te hacia sentir la importancia de tu papel en lo que te sucedía.

Leer y aprender eran afanes y se identificaba en ellos el camino a la realización que confiere el saber y la capacidad de resolver lo que la vida te traiga.

Un pasado donde los abuelos eran venerados, queridos y cuidados. Donde los nietos daban de ellos ademas de recibir. Donde se les escuchaba como fuente de sabiduría y experiencia de la vida. Eran transmisores de tradiciones y costumbres que preservaban lo nuestro, nuestra cultura, nuestras raíces. Ellos nos enseñaban de donde veníamos y eso nos ayudaba a saber a donde queríamos ir.

Si valioso es el presente y necesario el futuro, no podemos olvidar el pasado como fuente de conocimiento que nos permite no repetir los errores y aprender del conocimiento por otros adquirido. Conocimiento que en lo profundo es saber abordar la vida de forma que nos permita realizarnos como personas integras. Orgullosas de lo que nos precedio y con humildad para mejorar lo que no se hizo bien.

A veces para viajar al futuro es necesario regresar un poco al pasado.