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miércoles, 18 de agosto de 2010

El examen final

Se acerca el mes de septiembre y los exámenes serán uno de los primeros hitos tras las vacaciones. Los exámenes son algo con lo que todos estamos familiarizados y no se nos escapa que existen parciales y finales. Los parciales nos ayudan a ir eliminando materia para que la vida nos resulte más llevadera y podamos o tengamos mayores posibilidades de aprobar el Examen Final, el gran momento de la verdad. Cuando los aprobamos sentimos liberación y alegría por la superación. Sentimos que podemos avanzar y afianzar nuestra seguridad ya que nos capacitan para ser mejores en algo.

Pensaba en los exámenes finales y no se porque los asimile a la muerte.

Sí, a la muerte. Y lo hice, al leer una frase que me hizo pensar: “solo cuando entiendes la muerte y la quieres, amas la vida.”

Hay pocas cosas tan ciertas como que en la vida te debes preparar para la muerte. Ese es el sentido de la vida, ese es el aprendizaje que debemos realizar. Esa es la gran asignatura que debemos aprender. Por que cuando mueres, es como cuando te examinas o apruebas o repites.

Pero, ¿Qué hacemos? La mayoría perdemos el tiempo y en lugar de aprender, perdemos nuestra vida en afanes estúpidos. Nos dejamos embaucar por mentiras y alucinaciones, nos vendemos por cosas efímeras y materiales, cultivamos nuestros egos y somos esclavos del miedo. La paradoja de que cuando más libertad deberíamos haber conquistado más esclavos somos. Y la realidad es que nuestra sociedad muestras claros síntomas de enfermedad y de infelicidad.

Pero la vida y la madre naturaleza, en su primigenia inteligencia, nos van dando oportunidades, nos hablan y nos dan la opción ante las dificultades, catástrofes y retos de ver más allá. Son lo que yo llamo exámenes parciales, son la gran oportunidad de afrontar desde la honestidad dónde está nuestro error. Son la oportunidad de descubrirlos y trasformarlos en formas de avanzar y crecer como personas. Mirar a nuestro interior y afrontar nuestros miedos y miserias, para catapultarnos hacia arriba, para liberarnos de ellos y ayudar a otros a liberarse. Primero uno mismo, luego a los demás.

Cuando aprendes a ver en cada reto, en cada sufrimiento la oportunidad de mejorar porque es la oportunidad de aprender, es cuando superas los exámenes parciales. Hay quien lo ha llamado RESILENCIA o experiencia de fluir, otros lo llaman éxito, una forma autentica de éxito.

Las religiones desde el principio de los tiempos del hombre dicen lo mismo. La muerte es lo que nos une a todos los hombres porque, lo queramos o no, es nuestro destino seguro. Ante la muerte todos somos iguales. No deberíamos olvidarlo. Nada podemos llevarnos, así que deberíamos preocuparnos por lo que podemos dejar.

La muerte es la forma de que el hombre se libere de las cadenas, porque cuando piensas que te puede llegar en cualquier momento te das cuenta de lo que es realmente importante. Dicen que el que aprende a morir, aprende a no servir. Ese es nuestro autentico examen final, así que este mes de septiembre además de pensar en lo de siempre, banalidades, estaría bien aprobar ese examen. Darnos cuenta que aceptar nuestra muerte, nos permite desembarazarnos de mucho de lo insignificante y que el arte de morir, tiene mucho que ver con el arte de vivir y que uno, muere en función de cómo ha vivido.

No quisiera terminar sin un mensaje de optimismo o ¿no?, dependerá de cada lector o lectora. “Nadie muere antes de hora” y la magia de la vida es que no sabemos cual es la hora, así que ese es un buen motivo para aprobar cuanto antes nuestro Examen Final.