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jueves, 30 de diciembre de 2010

AJO Y PIMENTÓN

Simple pero real. Algo con lo que todo cambia. Lo insípido y lo pobre se convierte en sabroso. El recurso de los pobres para dar lo que no tienen a su vida cotidiana.
Cuando pienso en estos dos ingredientes, rememoro un olor a frío, pobreza, escasez, dureza de piel y posiblemente de alma. Gente seca y ahumada por el sacrificio. Gente resignada a lo poco. Poco placer, poco calor, poco amor, poco respeto, poca inquietud, poca pasión y mucha resignación. Poco espíritu de lucha.
Conservar la nada, mantener el rol y como mucho aspirar a que tus descendientes se liberen del ajo y pimentón. Pero un error un triste y lamentado o lamentable error.
Lo que vives, lo que mamas, permanece en el fondo de tu ser. Es decir, por mucho que quieras olvidar el ajo y el pimentón, eliminas su percepción externa pero en el fondo ese olor interior forma parte de ti, de tu raíz, de tu vida, de tu esencia más intima. Ese olor es lo que quieres aunque no te guste, aunque te quieras alejar. Ese olor es tu niñez escasa, sacrificada, es desgarro de alejarte del calor, la ternura, de romperte, de endurecerte de otro modo, de prepararte para alejarte de lo tuyo para conquistar lo de otros. Lo que otros soñaron a través de ti, lo que otros que se secaron, esperan recuperar en tu falta de olor y sabor.
Y de repente, te ves y descubres que no tienes olor que cometiste un error peor que el de ellos, que renunciaron a todo para que olvidaras ese olor. Y te das cuenta que estas vacío, te das cuentas de las cicatrices que olvidaste mientras te desprendías del olor, te sientes con dureza de piel y de alma y te preguntas ¿para qué?
Tu cumpliste tu misión, ya no hueles, pero ¿quien la cumplirá por ti?. Tu mismo, recuperando ese sabor y olor. Descubriendo que quizá puedes trasformar tu vida en algo sentido, apreciado, asumido, querido, y sobre todo aceptado.
Lo más importante, es darse cuenta del propio poder de transformación de cómo lo escaso puede ser lo justo, lo insípido sabroso, lo simple lo que llena, el sacrificio la fuente de formación de tu valor, sentirte lleno con la nada, eso finalmente es la libertad, la felicidad, la independencia de tu sentimiento y el altruismo del hacer por que quieres y crees. Tu , tu propio señor, tu, tu juez, tu, tu mejor amigo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

La reina se hace, no nace

He vivido más de la mitad de mi vida, en el mejor de los casos y atendiendo a las expectativas de vida que se publican por parte de organismos que de eso saben. Y con todos esos años a la espalda he aprendido algunas cosas.

He aprendido que lo que hace que sigas vivo es la curiosidad permanente. Ese mirar inquieto que te hace sentir que existen caminos que están por abrir y que eso es lo que caracteriza una mente innovadora. He aprendido que nunca es tarde para afrontar nuevos retos aunque nos prejubilen cuando mejor estamos. He aprendido que mientras hay vida hay esperanza de cambiar lo que no te gusta. He aprendido que los valores es lo que dejas y permanece. He aprendido que la máxima satisfacción la encuentras cuando te sientes capaz de casi cualquier cosa y no cuando tienes muchos euros en el banco. He aprendido que esa capacidad es lo que te otorga la libertad. Pero eso que yo he aprendido con los años, me sorprende que no suele ser lo que se enseña hoy. He aprendido que cuanto más das más recibes, sobre todo de lo que no es material. Y que nuestra responsabilidad es pensar que en nuestra vida algo hicimos que sirvió a los demás.

A quien me quiere oír le digo, desde la humildad, que hemos hacer el cambio y dejar de pensar con el paradigma pasado-presente y empezar a pensar con el presente-futuro. Porque en el mundo que vivimos han cambiado cosas y que ya nunca serán como fueron.

Es muy importante saber, conocer el pasado, pero casi tan importante o más, es abrir tu mente a nuevas formas de afrontar el presente y por supuesto el futuro. Es importante saber pero tan importante como saber es interpretar y reinterpretar el saber. De Bono ya lo dijo con su “pensamiento lateral” y otros como Gary Hammel en “liderando la revolución”.

El otro día leía o escuchaba, nunca recuerdo bien, que el problema de la juventud española está en que no hace bien la trasformación de la información a conocimiento y de este a la innovación. Y eso, es cuestión como tantas cosas en la vida de mentalidad no de recursos.

Pero a estas alturas de la lectura, ustedes dirán que ¿a qué viene el titulo del articulo con lo que vengo contando?.

Pues bien, viene a que en esa actitud tiene mucho que ver la autodisciplina, el no creérselo, el no confiarse en que con lo conseguido debemos conformarno. Esa es la actitud de los líderes.

El otro día visitando BIOPARC, y charlando con un biólogo sobre una especie muy rara que vive en este trozo de África en Valencia: las ratas topo, me explicaba que se trata de comunidades que funcionan en torno a una líder: la reina. Yo ante mi gran ignorancia biológica, le pregunte que si la reina nace o se hace. Y me respondió, que se hace. La reina es la mejor dotada, es la que no descansa y no para, por que si para, engorda y se apoltrona, entonces se la comen.

Me pareció una lección interesante, yo haciendo una sesión de zooinmersión y aprendiendo, para que luego digan que estos sitios son para los más pequeños.

Una comunidad que no puede permitirse si quiere sobrevivir que su reina se relaje. Debe seguir siendo la mejor y eso es también cuestión de trabajo y disciplina. Nada que no sepamos pero que con frecuencia olvidamos. Vivimos tiempos de cambio así que a ver si aprendemos algo de las ratas. Que para ser reina debes esforzarte y que más que nacer te haces a base de exigencia y disciplina.

Cuando el final es el principio

A lo largo de años de cultura de carácter predominante del varón en nuestro país las mujeres hemos sufrido al llegar la cincuentena una rara sensación que brotaba de nuestro ser más profundo, sentíamos que llegábamos al final. Recordemos que en España hasta 1975 una mujer no podía disponer de sus bienes sin el consentimiento de su padre o marido y dependiendo de en que zona geográfica nos encontrásemos, todas recordaremos ese “lo que diga el meu home” que escuchábamos en nuestra niñez y adolescencia.

Sentíamos que llegábamos al final, al final de la razón última de nuestra existencia: conquistar hombres, atenderlos, darles hijos, criarlos y cuando ya estaban en condición de volar, sentir una perdida ya denominada hace tiempo “síndrome del nido vacío”.

Eran años de sentir el final de la turgencia de las carnes, el final de ser el centro de la existencia de la familia, el centro de las atenciones de un marido que en muchos casos busca fuera de casa la sensación de que su potencia no muere y que es capaz de conquistar mujeres más jóvenes. Y es, hasta el final de nuestro ritual mensual de la menstruación. Dejamos de ser eso que nos decían de jovencitas “mujeres” para convertirnos en ¿qué?

Nos asaltan las dudas y nos sentimos desconcertadas. Lógico, si tenemos en cuenta que las hormonas que nos han afectado el carácter desde siempre, ahora empiezan a ser cambiantes y juguetonas. Lógico, si vemos a nuestro alrededor tantos cambios y físicamente los sentimos sin saber muy bien como interpretarlos. Surge en nosotras la paradoja de recurrir a modelos antiguos donde estábamos en el final de la última razón de la existencia o en el principio de algo que no acertábamos a identificar, pero que sí sentíamos en lo profundo de nuestra entraña.

Pero gracias al devenir de los tiempos, a los avances médicos y farmacológicos, a la cosmética, a la capacidad de entendernos entre nosotras, a perder el miedo a ser nosotras y no ellos, pero sobre todo, a la postura comprometida de tantas mujeres anónimas que han posibilitado los silenciosos y grandísimos avances que las mujeres hemos logrado en los últimos 35 años, hoy las mujeres a los 50 estamos en disposición de considerar que estamos no al final, sino al principio de muchas cosas.

Por fin sentimos que somos dueñas de nuestro tiempo, de nuestros sentimientos y de nuestro cuerpo. Hemos de aprender a identificar otros referentes pero, sobre todo, hemos de recuperarnos a nosotras.

Hoy a los 50 “estás estupenda” o lo puedes estar y quizá estás en el mejor momento profesional. Tienes experiencia, madurez, equilibrio, capacidad de resolver infinidad de asuntos de diverso tipo, de hacer varias cosas a la vez, de trabajar en red con otros, de escuchar y de tratar de conciliar, de perdonar y comprender determinadas actitudes aunque no las aceptes y, sobre todo, la capacidad de gestionar eso que ahora a tantos desconcierta: el cambio permanente.

Las mujeres disponemos de algunas ventajas que debemos aprovechar y debemos hacerlo ahora, para no perder lo que hasta ahora hemos conseguido.

Es el momento de culminar y para ello es muy importante no estar y no sentirse sola. Es importante dar valor a la amistad femenina, tantos años sin cultivar por la rivalidad inculcada. Es el momento de ser asociativa, de fomentar la cultura de la cooperación desde la coincidencia de intereses y sobre todo, de sentimientos.

Ese es uno de los papeles de la Asociación de Empresarias y Profesionales de la Comunidad Valenciana: Ser un vínculo de unión entre mujeres con intereses y dificultades similares. Queremos ser punto de encuentro para que las mujeres profesionales y empresarias compartamos experiencias y contemos con un soporte específico tanto desde lo profesional como desde lo humano.

Hoy muchas mujeres profesionales, a título individual, han hecho mucho por dar visibilidad a la mujer. La Asociación de Empresarias y Profesionales pretende hacerlo desde lo colectivo y es su compromiso trabajar para ello.

Desde valores como la diversidad, la integridad y la profesionalidad pretendemos que para muchas profesionales y empresarias también “los 50” sean un bonito principio, el de la plenitud de nosotras mismas. El principio del protagonismo de nuestra vida.

domingo, 12 de diciembre de 2010

En clave de Re

Cuando era niña mi madre deseaba que yo aprendiera, que tuviese la oportunidad de contar con todas las oportunidades que a ella le fueron negadas. En su época lo normal era enseñarte otras cosas, cocinar, bordar, arreglarte, cuidar y organizar una hogar, atender a un marido, limpiar cuberterías, poner mesas, decorar estancias, etc.
Pero lo de leer, estudiar, viajar, crear, emprender, o todo aquello que supone ser independiente era radicalmente excluido y mal visto en las mujeres.
Pensando en la música, que si estaba al alcance de algunas privilegiadas como formación, recorde algo y al hilo de ello escribi este pensamiento.
En música existen unas cosas que se llaman claves y que son importantes para poder escribir, leer o crear obras maestras.
Existe una relación entre las claves y la música, esas claves marcan o determinan los modelos de componer y la forma de sonar. Implican o condicionan la forma de hacer. Ayudan a escribir las creaciones de los grandes maestros y genios, ayudan a interpretar a los grupos de profesionales y permiten dirigir por que es en base a lo que ellas determinaron lo que hizo posible la consecución de la creación en partitura.
Pero entre las 3 claves musicales Sol, Fa y Do, no encontramos la clave de RE, que voy a reclamar para erigirla en la clave de los nuevos tiempos. Pero sobre todo en la clave de las personas que ya han pasado una parte importante de la vida, de su vida. Personas que ya han superado una etapa de su vida porque han superado los cuarenta. Y de repente se dan cuenta que han de REvisar lo que han aprendido y como han vivido. En ese tiempo donde sientes que necesitar REpensar tus vivencias, REcuperar tus raíces, REvivir experiencias, REleer viejos libros, REconstruir relaciones, REaprender formas de afrontar la vida, REgenerar tu alma, REavivar la ilusión, REencontar viejas amistades, REponer fuerzas y forma física, REcomponer las formas de pensar y sentir, REstructurar tus hábitos REmemorar emociones, REstaurar la armonía, REpensar tu misión, REfrenar la ira, REconquistar la paz. Y cuando inicias esa nueva vida, ese nuevo ímpetu sereno y calmo, es como si REnacieras a otra vida, la de esa última etapa: la madurez que te llena y se expande para ser luz de tu entorno.
Eso es lo que yo llamo iniciar tu REsurrección como persona. El camino de la liberación personal e interior que te conduce a la felicidad. REcreate y REnace cada día!

Es, ¡“ovarudo”!

Se dice que las palabras tienen significados y que el lenguaje traduce pensamientos y actitudes. En los últimos tiempos todos estamos abrumados por los retos y situaciones que el futuro nos presenta. Tiempos que todos sentimos requieren de nuevos modelos y formas de hacer y pensar. Necesitamos no sentirnos condicionados por el pasado y las maneras de hacer que posiblemente hayan funcionado y que ya no funcionan.
Esta situación que hace que se pierdan referentes y que la incertidumbre sea el signo de los tiempos requiere de cambios mentales. De perder ese miedo a lo nuevo y no probado. Creo que fue Einstein quien dijo que “la locura es pretender obtener resultados distintos haciendo lo mismo”. Yo comparto ese pensamiento y hago apología de probar nuevos comportamientos y formulas para dar solución a las necesidades que claman nuevas salidas.
En este contexto, mi experiencia me dice que cobran especial relevancia palabras como: Cooperación, generosidad, responsabilidad, compromiso, austeridad, sostenibilidad, y una larga lista de principios que en algún lugar dejamos al borde del camino que hemos recorrido.
Son los sencillos, pequeños y colectivos que lo han pasado mal, que han tenido que pelear duramente para conquistar derechos al tiempo que cumplían deberes y exigencias, los que repletos de optimismo a cada pequeño logro de las personas que los integran, se convertían en estimulo del resto. Esos, son a los que deberíamos volver la vista.
En estos tiempos es necesario parar y observar, analizar y revisar. Tiempos donde si abrimos ojos y oídos conoceremos logros de personas que han tenido y tienen, fe en sí mismas y su entorno próximo, que se comprometen con ellas mismas y desde la generosidad y la ambición del logro beneficioso para la sociedad, apuestan y arriesgan proyectándose a su alrededor y contagiando algo distinto a la gripe A, una certeza: “Si podemos, porque creemos y lucharemos”.
Yo pertenezco a uno de esos colectivos, somos mujeres profesionales y empresarias que sabemos que es difícil conciliar la vida personal y la profesional, que tenemos que renunciar desde la libertad, a unas cosas para obtener otras, que estamos apostando por el futuro con responsabilidad e integridad y desde la riqueza que nos aporta la diversidad.
Estamos viviendo lo mismo que el resto de personas, pero entre nosotras sabemos que desde la sororidad y la cooperación podemos seguir avanzando hacia un futuro más justo, limpio, responsable y sostenible. Reclamamos la equidad de trato, el respeto a las personas y sobre todo mantener el bienestar de los menores y los mayores. Y lo hacemos porque nosotras, no solas ya que en los hombres que nos acompañan vemos compañeros de viaje, sentimos y vivimos con una gran implicación y dedicación un compromiso con su bienestar. Porque una sociedad se debería de valorar en la medida que obtiene el bienestar de aquellos que más ayuda y dedicación exigen. Unos porque representan el futuro de esa sociedad y otros porque gracias a ellos disfrutamos de muchos avances y conquistas, y se lo debemos.
Para que todos ellos sigan disfrutando del estado de bienestar que fundamentalmente deberíamos entender es para ellos. Los demás, los de en medio, debemos dar lo mejor de nosotros. Estoy segura que cuando entendamos que sólo es necesario que cada uno de con generosidad lo mejor de sí mismo, habremos llegado al inicio de la salida de este tiempo de incertidumbre. Ese día, será el día en que lo veremos con un optimismo realista, el optimismo de las personas que se sienten seguras porque sencillamente se saben capaces de afrontar los retos desde el respeto y la responsabilidad. Y eso es, lo que yo llamo, “Ovarudo”, que es una palabra inventada y como supondrán los etimólogos procede de la gónada femenina: el ovario.

El gran cambio

Cambio es una palabra que últimamente nos aborda desde los textos de los medios de comunicación y desde las soluciones posibles a la crisis. Cambio es el paso previo a lo nuevo.
Cambio es algo inevitable.
Despertar nuestro camino interior,
Invitación a aceptar oportunidades.
“El viaje con más significado es aquel que se emprende desde el interior”
La mayoría se dedica vivir cada día de manera rutinaria.
¿
Vigor y determinación para emprender un viaje a lo desconocido
En el oscuro bosque de la realidad no hay camino sencillo. En todas partes hay que luchar y pelear. Un mundo desagradable y antipático. Se sentía destrozada y sin animo.
Si el sendero por el que vas no tiene obstáculos, es que no lleva ninguna parte.
El camino no es un sendero, es el paisaje del alma. Debemos encontrar nuestro propio camino. Solo se necesita mirar en tu interior. Tu corazón tiene el poder de guiarte. Confía en ti.
Se empieza por despertar el camino INTERIOR, Y HAY QUE ESTAR PREPARADO PARA ENCONTRARLO.
El sueño no se hace realidad sin hacer algo. El acto de esperar hace que desaparezca lo que deseas. Debes hacer para ser.
Si no sabes donde vas, no hay senda que te lleve.
Conocer lo que desconoces es el principio de todo.
La claridad de propósitos, un corazón abierto y una mente viva nos dan poder para dirigir nuestros destinos. Se vive eligiendo no solo aceptando oportunidades, hay que estar preparado para las decisiones.
La actitud iguala la altitud,
La persistencia es la diferencia fundamental entre el que posee una voluntad fuerte y el que no.
Calma es lo que se necesita si se busca conectar con la pasión con el autentico propósito.
Un momento de comprensión encuentra su hogar en una mente tranquila.
Conecta con tu yo interior. El autentico viaje de la vida es el que realiza el corazón hacia su hogar
Aprender a confiar en el poder inagotable.
Olvida todo lo que sabes.
¿puedes oir la voz de tu corazón?
Solo en la oscuridad puede darse el despertar del verdadero yo.
Los aprendices sobreviven al maestro. El mentor debe infundir ánimo y enseñar a ser paciente a su alumno
Para experimentar lo asombroso hay que aceptar riesgos. Hay que ser conscientes de las consecuencias de arriesgarse.
Señalar los obstáculos y dificultades y prepararse para los imprevistos,
Evitar arriesgarse es el mayor riesgo de todos, el sendero que conduce al éxito es muy a menudo el menos transitado,
Los errores se pueden superar, pero la falta de acción encarcela el alma.
Debes hacer para poder ser,
Crecer es arriesgar. La importancia de analizar los riesgos.
Arriesgarse de forma inteligente, fortalecer la confianza, haciéndolo poco a poco en empresas pequeñas.
No permitir que las equivocaciones te aparten de lo que quieres y deseas.
El camino verdadero es el deseo ferviente del mismo modo que el metal más puro es el resultado del fuego abrasador.
Estar preparado para elegir es estar preparado para transformarse,
Si crees que no puedes, no lo harás. Las palabras configuran las convicciones.
Para controlar tu destino primero debes controlar tus pensamientos.
Para vivir una vida intencional no hay que caminar sobre las piernas hay que hacerlo sobre la voluntad.
Una vida intencional se logra paso a paso.
La fe en uno mismo debe ser parte de las actividades y pensamientos diarios.
Recorrerás el mundo sin rumbo si no se posee una visión verdadera.

El cambio es un compañero que no nos abandona y ofrece infinitas posibilidades.
Una sola vela puede encender miles. Utiliza tu capacidad para inspirar e infundsir animo a los demás.
Si defines bien un riesgo, has hecho ya la mitad del trabajo.
El deseo, la creencia y la intención.
El rio fluye para unirse a la vertiginosa danza de la vida.
Para vivir una vida intencional, hay que aprender a nadar en una existencia que fluye.
La verdad reside en trasformarse en un elemento de cambio.
La felicidad no es un destino. Es un proceso, un fascinante y tortuoso viaje.
La forma de vivir siguiendo el fluir de la vida es aquella que nos ayuda, guía y conduce a una felicidad y experiencias ilimitadas. Una vida esplendida y llena de significado que nos permita cumplir nuestro destino.
Ve con la corriente porque ella sabe dónde se dirige.
Al ser fieles a nuestra naturaleza seguimos la corriente en completa armonía con el camino adecuado para nosotros. Se nos hacen evidentes gran número de verdades.
Para cambiar el futuro, solo necesitas cambiar el presente. El autentico futuro de cualquiera comienza con exitoso compromiso con el momento actual.

Experiencia y anticipación

Los dos valores necesarios para forjar identidades fuertes y diferenciales que resultando incompatibles o paradójicas aportan las claves para afrontar los nuevos retos.
Experiencia como eso que es consecuencia del esfuerzo y del conocimiento acumulado. Experiencia con carácter multidisciplinar e innovador. Esa experiencia que no es cuestión de años sino de una forma de abordar los años en un proceso de aprendizaje sin fin. Con una forma de pensar rebelde, inconformista y moduladora de la realidad basada en el inconformismo y el conocimiento. Hambre de conocimiento.
Esa experiencia enriquecedora que es capaz de aportar desde la humildad y la generosidad que da la dimensión temporal de los acontecimientos. Una experiencia que a modo de lentes rigurosas nos ayuda a aprender de los errores cometidos en el devenir de la vida.
Experiencia que nos permite, desde ese territorio, afrontar situaciones inciertas pero que requieren de la serenidad de los años para definir estrategias flexibles que permitan adaptarse a los cambios que sin cesar suceden en nuestras vidas. Vidas personales o profesionales. Vidas de individuos o colectividades.
Pero para todo ello necesitamos además de la necesidad de saber quiénes somos. Porque sin saber quiénes somos mal sabremos que podemos y que queremos.
Necesitamos con urgencia identificar quiénes somos y cuáles son nuestros valores diferenciales. Esos valores que nos hacen únicos e irrepetibles ya que son valores basados en nuestras competencias y habilidades. En nuestros talentos.
Y para ello es también necesario contar con la experiencia de nuestras vidas y la ayuda de observadores externos que desde una mirada más objetiva nos aporten eso que es nuestra ventaja competitiva más solida y sobre la cual hemos de construir el resto.
Identidades, o identidad son la base que sustenta una estrategia que nos guie.
Porque solo desde ese cimiento es posible desarrollar estrategias de éxito. Porque la estrategia que es cada vez más indispensable para la subsistencia de cualquier organización es la base sobre la que se asienta la anticipación. Y la anticipación da la mano a la innovación y a la creación. Y porque la estrategia nace para lidiar con la incertidumbre y hoy más que nunca necesitamos gestionar esa incertidumbre.
Así aún pareciendo conceptos antagónicos, anticipación refiere a futuro y experiencia a pasado, es en el hoy donde ambos se dan la mano. Se dan cita en un presente incierto que requiere para su manejo de grandes dosis de solidez y trasparencia. De formación y de rigor. Porque todo esto está en la base de la creación del bien más preciado en nuestros días: la confianza, la capacidad, la competencia y el compromiso.
Sin todo ello nos resultara difícil triunfar en tiempos turbulentos, inciertos y muy apasionantes. Ya que nos brindan una gran oportunidad. La de sentirnos protagonistas activos de lo que vendrá.

El origen de la crisis

Hoy día de la Inmaculada Concepción en misa y escuchando con eso que llaman escucha activa he creído comprender, oyendo la primera lectura del Génesis el sentido de eso que siempre se ha llamado PECADO ORIGINAL.
Los hombres comieron del árbol y al hacerlo se dieron cuenta que estaban desnudos y se cubrieron. Al aparecer Yahveh- Dios se escondieron entre la arboleda. Y dios les llamo y el hombre contesto: oí el ruido de tus pasos por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo y me escondí. Y díjole Dios ¿Quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Comiste quizá del árbol que yo te prohibí que comieses?. Respondió el hombre: Ha sido la mujer que pusiste a mi lado la que me dio el árbol y comi. Dijo Yahveh- Dios a la mujer: la serpiente me engaño y comí”
Y ante esta lectura yo me pregunte ¿Cuál fue el pecado original? ¿caer en la tentación de querer ser cómo dioses? ¿esconderse para no afrontar lo hacho? ¿negar la responsabilidad de los actor y carecer de la capacidad de reconocer el error y asumirlo, confesando humildemente que se había infringido una ley? O ¿diferir o delegar sobre otro la culpa de forma inmadura e infantil?
Yo, sinceramente creo que el pecado es probablemente un compendio de todas pero el ORIGEN es, la no asunción de nuestra responsabilidad. Es ella la que nos conduce a la mentira, a la culpabilización de los demás de lo que es nuestra responsabilidad. Es el origen de la soberbia que nos hace creernos como dioses, de la sensación de vulnerabilidad y vergüenza que nos produce ser conscientes de nuestras limitaciones, de la cobardía y mezquindez de culpar a los otros de nuestras miserias, de mentir, de no afrontar con humildad que nos hemos equivocado y de admitir con dignidad que haciendo uso de nuestra libertad y voluntariamente, erramos y posteriormente fuimos conscientes de lo hecho y de sentirnos culpables de haberlo hecho.
Creo que ese es el pecado original, esa es la base de nuestros pecados: no ver que como seres hechos a semejanza de Dios estamos para asumir nuestra responsabilidad. Primero con nosotros mismos y luego con los demás. Y cuando eso lo tenemos claro, somos capaces de erar pero sobre todo somos capaces de reconocer y rectificar, de pedir perdón y asumir. No de escondernos, culpar a otros y mentir.
Creo, que lo que Dios nos quiso decir después fue que los seres humanos debíamos aprender una lección y que para ello nos iba a poner pruebas muy duras para que tuviésemos la oportunidad de entender desde lo profundo de nuestra alma que su mensaje es de liberación. Y la liberación se produce en el mismo momento en que nos hacemos responsables, que no es lo mismo que culpables. Entre otras cosas porque cuando te sientes responsable de tus actos y tu vida no existe sentimiento de culpa en ti y por eso no tratas de hacer culpables a los que te rodean.
Eres limpio de corazón y cuando lo eres es cuando de verdad empiezas a ser a imagen y semejanza de Dios. Eres un ser libre de mancha. Y ahora me pregunto yo ¿a que esperamos para descubrirlo? No les parece que todo empezaría a cambiar si todos y cada uno de nosotros empezáramos a asumir nuestra responsabilidad?